A todos nos cuesta el cambio. Y antes de que algún cómico en ciernes me escriba diciendo “es cierto, cada vez hay menos monedas…” aclaro que me refiero al Cambio en un sentido amplio. Modificar hábitos que llevamos encarnados tal vez durante décadas nunca resulta sencillo. De algunos cambios surgen oportunidades nunca antes imaginadas, es cierto, pero en un principio, cualquier cambio mete miedo, y si no miedo, por lo menos un caudal apreciable de duda. Toda esa parrafada viene a propósito de los enormes cambios de formato que se produjeron en la música en los últimos diez años. Cambios que a veces nos hacen perder de vista el simple hecho que durante cuatro décadas, el álbum de vinilo de treinta centímetros de diámetro reinó supremo.
Y creó hábitos que –pensamos- serían eternos. ¡Ja!
No hay comentarios:
Publicar un comentario