Lo que es difícil de entender es que gente que se ha nutrido de información totalmente contestataria y enfrentada con el sistema vaya hoy a pedir la bendición del sistema. Esa es una actitud que ahora suele verse entre los músicos, la de ir a pedir la aceptación, la de ir a buscar la recompensa. Hay circuitos que son inconmovibles y no hay que recurrir a ellos.
Lo mismo sucede con esa especie de defensa desesperada del "rock nacional". Tal cosa no existe. La cultura del rock es universalista y no localista, porque habla de cosas que le pasan a la especie. En el rock existía la voracidad cultural y se incorporaban filosofías o búsquedas de todas partes del mundo, incluyendo Oriente. Además el rock nunca fue música de nativos sino de inmigrantes. Nace con los negros en EE.UU. Hablar de un rock nacional es casi un disparate.
Tenemos que diferenciar bien aquello del rock contestatario, (por donde se desplazaba una serie de informaciones que el sistema tenía encubiertas o negadas) del rock "business" que tiene que ver más con decisiones personales o jubilaciones personales de algunos músicos pero que no puede involucrar al rock en su totalidad. El que conoce la diferencia va a preferir vivir marginado y no vender bocaditos Cabsha.
Existe una especie de tacto existencial que te permite registrar la verdad o falsedad de las cosas, no es algo intelectual, es más bien intuitivo. Ese tacto registra una impresión muy desagradable cuando alguien pregunta cómo anduvo el recital y le contestan: "Muy bien, metieron dos mil personas". No contestan fue un magnífico recital, hubo mucha emoción, fue una fiesta. Contestar con cantidad de personas parece como contar dinero.