Me van a tener que disculpar. Yo sé que un hombre que pretende ser una persona de bien debe comportarse según ciertas normas, aceptar ciertos preceptos, adecuar su modo de ser a determinadas estipulaciones convenidas por todos. Seamos más explícitos. Si uno quiere ser un tipo coherente debe medir su conducta, y la de sus semejantes, con la misma e idéntica vara. No puede hacer excepciones, pues de lo contrario bastardea su juicio ético, su conciencia crítica, su criterio legítimo.
Uno no puede andar por la vida reprobando a sus rivales y disculpando a sus amigos por el sólo hecho de serlo. Tampoco soy tan ingenuo como para suponer que uno es capaz de sustraerse a sus afectos y a sus pasiones, que uno tiene la idoneidad como para sacrificarlos en el altar de una imparcialidad impoluta. Digamos que uno va por ahí intentando no apartarse demasiado del camino debido, tratando de que los amores y los odios no le trastoquen irremediablemente la lógica.
Pero me van a tener que disculpar, señores. Hay un tipo con el que no puedo. Y ojo que lo intento. Me digo: no puede haber excepciones, no debe haberlas. Y la disculpa que requiero de ustedes es todavía mayor, porque el tipo del que hablo no es un benefactor de la humanidad, ni un santo varón, ni un valiente guerrero que ha consolidado la integridad de mi patria. No, nada de eso. El tipo tiene una actividad mucho menos importante, mucho menos trascendente, mucho más profana. Les voy adelantendo que el tipo es un deportista. Imagínense, señores. Llevo escritas doscientas sesenta y tres palabras hablando del criterio ético y sus limitaciones, y todo por un simple caballero que se gana la vida pateando una pelota. Ustedes podrán decirme que eso vuelve mi actitud todavía más reprobable. Tal vez tengan razón. Tal vez por eso he iniciado estas líneas disculpándome.
No obstante, y aunque tengo perfectamente claras esas cosas, no puedo cambiar mi actitud. Sigo siendo incapaz de juzgarlo con la misma vara con la que juzgo al resto de los seres humanos. Y ojo que no sólo no es un pobre muchacho saturado de virtudes. Tiene muchos defectos. Tiene tal vez tantos defectos como quien escribe estas líneas, o como el que más. Para el caso es lo mismo. Pese a todo, señores, sigo sintiéndome incapaz de juzgarlo. Mi juicio crítico se detiene ante él, y lo dispensa.
No es un capricho, cuidado. No es un simple antojo. Es algo un poco más profundo, si me permiten calificarlo de ese modo. Seré más explícito. Yo lo disculpo porque siento que le debo algo. Le debo algo y sé que no tengo forma de pagárselo. O tal vez ésta sea la peculiar moneda que he encontrado para pagarle. Digamos que mi deuda halla sosiego en este hábito de evitar siempre cualquier eventual reproche.
Él no lo sabe, cuidado. Así que mi pago es absolutamente anónimo. Como anónima es la deuda que con él conservo. Digamos que él no sabe que le debo, e ignora los ingentes esfuerzos que yo hago una vez y otra por pagarle.
Por suerte o por desgracia, la oportunidad de ejercitar este hábito se me presenta a menudo. Es que hablar de él, entre argentinos, es casi uno de nuestros deportes nacionales. Para enzalzarlo hasta la estratósfera, o para condenarlo a la parrilla perpetua de los infiernos, los argentinos gustamos, al parecer, de convocar su nombre y su memoria. Ahí es cuando yo trato de ponerme serio y distante, pero no lo logro. El tamaño de mi deuda se me impone. Y cuando me invitan a hablar prefiero esquivar el bulto, cambiar de tema, ceder mi turno en el ágora del café a la tardecita. No se trata tampoco de que yo me ubique en el bando de sus perpetuos halagadores. Nada de eso. Evito tanto los elogios superlativos y rimbombantes como los dardos envenenados y traicioneros. Además, con el tiempo he visto a más de uno cambiar del bando de los inquisidores al de los plañideros aplaudidores, y viceversa, sin que se les mueva un pelo. Y ambos bandos me parecen absolutamente detestables, por cierto.
Por eso yo me quedo callado, o cambio de tema. Y cuando a veces alguno de los muchachos no me lo permite, porque me acorrala con una pregunta directa, que cruza el aire llevando específicamente mi nombre, tomo aire, hago como que pienso, y digo alguna sandez al estilo de «y, no sé, habría que pensarlo»; o tal vez arriesgo un «vaya uno a saber, son tantas cosas para tener en cuenta». Es que tengo demasiado pudor como para explayarme del modo en que aquí lo hago. Y soy incapaz de condenar a mis amigos al tórrido suplicio de escuchar mis argumentos y mis justificaciones.
Por empezar les tendría que decir que la culpa de todo la tiene el tiempo. Sí, como lo escuchan, el tiempo. El tiempo que se empeña en transcurrir, cuando a veces debería permanecer detenido. El tiempo que nos hace la guachada de romper los momentos perfectos, inmaculados, inolvidables, completos. Porque si el tiempo se quedase ahí, inmortalizando a los seres y a las cosas en su punto justo, nos libraría de los desencantos, de las corrupciones, de las infinitas traiciones tan propias de nosotros los mortales.
Y en realidad es por ese carácter tan defectuoso del tiempo que yo me comporto como lo hago. Como un modo de subsanar, en mis modestos alcances, esas barbaridades injustas que el tiempo nos hace. En cada ocasión en la cual mencionan su nombre, en cada oportunidad en la cual me invitan al festín de adorarlo y denostarlo, yo me sustraigo a este presente absolutamente profano, y con la memoria que el ser humano conserva para los hechos esenciales me remonto a ese día, al día inolvidable en que me vi obligado a sellar este pacto que, hasta hoy, he mantenido en secreto. Un pacto que puede conducirme (lo sé), a que alguien me acuse de patriotero. Y aunque yo sea de aquellos a quienes desagrada la mezcla de la nación con el deporte, en este caso acepto todos los riesgos y las potenciales sanciones.
Digamos que mi memoria es el salvoconducto para volver el tiempo al lugar cristalino del cual no debió moverse, porque era el exacto sitio en que merecía detenerse para siempre, por lo menos para el fútbol, para él y para mí. Porque la vida es así, a veces se combina para alumbrar momentos como ése. Instantes después de los cuales nada vuelve a ser como era. Porque no puede. Porque todo ha cambiado demasiado. Porque por la piel y por los ojos nos ha entrado algo de lo cual nunca vamos a lograr desprendernos.
Esa mañana habrá sido como todas. El mediodía también. Y la tarde arranca, en apariencia, como tantas otras. Una pelota y veintidós tipos. Y otros millones de tipos comiéndose los codos delante de la tele, en los puntos más distantes del planeta. Pero ojo, que esa tarde es distinta. No es un partido. Mejor dicho: no es sólo un partido. Hay algo más. Hay mucha rabia, y mucho dolor, y mucha frustración acumuladas en todos esos tipos que miran la tele. Son emociones que no nacieron por el fútbol. Nacieron en otro lado. En un sitio mucho más terrible, mucho más hostil, mucho más irrevocable. Pero a nosotros, a los de acá, no nos cabe otra que contestar en una cancha, porque no tenemos otro sitio, porque somos pocos, porque estamos solos, porque somos pobres. Pero ahí está la cancha, el fútbol, y son ellos o nosotros. Y si somos nosotros el dolor no va a desaparecer, ni la humillación ha de terminarse. Pero si son ellos. Ay, si son ellos. Si son ellos la humillación va a ser todavía más grande, más dolorosa, más intolerable. Vamos a tener que quedarnos mirándonos las caras, diciéndonos en silencio «te das cuenta, ni siquiera aquí, ni siquiera esto se nos dio a nosotros».
Así que están ahí los tipos. Los once nuestros y los once de ellos. Es fútbol, pero es mucho más que fútbol. Porque cuatro años es muy poco tiempo como para que te amaine el dolor y se te apacigüe la rabia. Por eso no es sólo fútbol.
Y con semejantes antecedentes de tarde borrascosa, con semejante prólogo de tragedia, va este tipo y se cuelga para siempre del cielo de los nuestros. Porque se planta enfrente de los contrarios y los humilla. Porque los roba. Porque delante de sus ojos los afana. Y aunque sea les devuelve ese afano por el otro, por el más grande, por el infinitamente más enorme y ultrajante. Porque aunque nada cambie allá están ellos, en sus casas y en sus calles, en sus pubs, queriéndose comer las pantallas de pura rabia, de pura impotencia de que el tipo salga corriendo mirando de reojito al árbitro que se compra el paquete y marca el medio.
Hasta ahí, eso solo ya es historia. Ya parece suficiente. Porque le robaste algo al que te afanó primero. Y aunque lo que él te robó te duele más, vos te regodeás porque sabés que esto, igual, le duele. Pero hay más. Aunque uno desde acá diga bueno, es suficiente, me doy por hecho, hay más. Porque el tipo además de piola es un artista. Es mucho más que los otros.
Arranca desde el medio, desde su campo, para que no queden dudas de que lo que está por hacer no lo ha hecho nadie. Y aunque va de azul, va con la bandera. La lleva en una mano, aunque nadie la vea. Empieza a desparramarlos para siempre. Y los va liquidando uno por uno, moviéndoseal calor de una música que ellos, pobres giles, no entienden. No sienten la música, pero sí sienten un vago escozor, algo que les dice que se les viene la noche. Y el tipo sigue adelante.
Para que empiecen a no poder creerlo. Para que no se lo olviden nunca. Para que allá lejos los tipos dejen la cerveza y cualquier otra cosa que tengan en la mano. Para que se queden con la boca abierta y la expresión de tontos, pensando que no, que no va a suceder, que alguno lo va a parar, que ese morochito vestido de azul y de argentino no va a entrar al área con la bola mansita a su merced, que alguien va a hacer algo antes de que le amague al arquero y lo sortee por afuera, de que algo va a pasar para poner en orden la historia y que las cosas sean como Dios y la reina mandan, porque en el fútbol tiene que ser como en la vida, donde los que llevan las de ganar ganan, y los que llevan las de perder pierden. Se miran entre ellos y le piden al de al lado que los despierte de la pesadilla. Pero no hay caso, porque ni siquiera cuando el tipo les regala una fracción de segundo más, cuando el tipo aminora el vértigo para quedar de nuevo bien parado de zurdo, ni siquiera entonces van a evitar entrar en la historia como los humillados, los once ingleses despatarrados e incrédulos, los millones de ingleses mirando la tele sin querer creer lo que saben que es verdad para siempre, porque ahí va la bola a morirse en la red para toda la eternidad, y el tipo va a abrazarse con todos y a levantar los ojos al cielo. Y no sé si él lo sabe, pero hace tan bien en mirar al cielo.
Porque el afano estaba bien, pero era poco. Porque el afano de ellos era demasiado grande. Así que faltaba humillarlos por las buenas. Inmortalizarlos para cada ocasión en que ese gol volviese a verse una vez y otra vez y para siempre, en cada rincón del mundo. Ellos volviendo a verse una y mil veces hasta el cansancio en las repeticiones incrédulas. Ellos pasmados, ellos llegando tarde al cruce, ellos viéndolo todo desde el piso, ellos hundiéndose definitivamente en la derrota, en la derrota pequeña y futbolera y absoluta y eterna e inolvidable.
Así que señores, lo lamento. Pero no me jodan con que lo mida con la misma vara con la que se supone debo juzgar a los demás mortales. Porque yo le debo esos dos goles a Inglaterra. Y el único modo que tengo de agradecérselo es dejarlo en paz con sus cosas. Porque ya que el tiempo cometió la estupidez de seguir transcurriendo, ya que optó por acumular un montón de presentes vulgares encima de ese presente perfecto, al menos yo debo tener la honestidad de recordarlo para toda la vida. Yo conservo el deber de la memoria.
https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=C-4aw5xXtgs
Bienvenidos al centro de una irrealidad
martes, 30 de octubre de 2012
martes, 25 de septiembre de 2012
En orden de apariencia
Solo fue una licencia poética, sabe que soy fabulador y es entendible el cambio de roles en esas situaciones, dejan de ser intenciones por otro tipo de vida, no es suficiente y menos llevar la voz a cierta gente, que peligroso seria...
jueves, 9 de febrero de 2012
Mística y fundamental
Nunca me hizo mal a pesar de que lo intentó, me hizo llegar a arrastrarme y rogar por un poco de paz. Nunca pelee tanto por un "todo bien" y menos por un cariño. Nos equivocamos al pensar que podemos hacer un correcto análisis de la situación, son cosas que están por encima de nosotros, deseos inalcanzables y pretensiones amorosas que con poco éxito logramos dominar. Aferrarse al pasado no es malo, mas si nos hemos equivocado, nos ayuda a no hacer lo que no quieren que hagamos y entender el porque de nuestra conducta. Añoramos e idealizamos lo mas precioso que tenemos, lo hacemos siempre con todo lo que nos rodea, lo proyectamos a futuro con la esperanza de que mejore todo, sin embargo, volvemos a caer y a caer cada vez mas fuerte hasta que no aguantamos mas...
Tratando de mitigar ese dolor nos aferramos a recuerdos, personas y cosas que nos ayudan a seguir. Hay que generar una fortaleza que nos logre vitalizar para cortar con la amargura, una amarga y desagrable sensación que no te deja pensar en otra cosa. Aguantar es lo que mejor sabemos hacer pero lo que una vez fue algo hermoso tiende a marchitarse.
Aun lo marchito tiene su belleza, recuperar esa belleza es el deber y saber interpretarla responsablemente es la virtud. No seria nadie, sin esa mirada estaría en la lona. Agradezco el día en el que encontré esa mirada mística y fundamental que nos deja seguir el día a día.
Tratando de mitigar ese dolor nos aferramos a recuerdos, personas y cosas que nos ayudan a seguir. Hay que generar una fortaleza que nos logre vitalizar para cortar con la amargura, una amarga y desagrable sensación que no te deja pensar en otra cosa. Aguantar es lo que mejor sabemos hacer pero lo que una vez fue algo hermoso tiende a marchitarse.
Aun lo marchito tiene su belleza, recuperar esa belleza es el deber y saber interpretarla responsablemente es la virtud. No seria nadie, sin esa mirada estaría en la lona. Agradezco el día en el que encontré esa mirada mística y fundamental que nos deja seguir el día a día.
domingo, 4 de diciembre de 2011
miércoles, 30 de noviembre de 2011
miércoles, 23 de noviembre de 2011
Lo único que me hace feliz
El martes 22 de noviembre se que se considera el día de la música, la verdad que no se nada de porque se considera "el día de la música" pero de igual manera me parece magnifico para recordarla de alguna manera. Todos los que nos sentimos identificados con la misma reconocemos en ella una belleza que pocos pueden lograr y al tener una mínima capacidad de identificar esos dotes nos sentimos parte de esto. A firmo que al conocer al menos un instrumento medianamente bien y saber interpretar la elaboración musical con sus respectivas letras se puede apreciar aun mas la música.
En el momento que logramos esa apreciación musical nos encontramos mas que ligados a la elaboración e interpretación. Nos damos cuenta cuando escuchamos una banda el suficiente tiempo como para relacionarla con un estado emocional y en cuanto relacionamos esas cotidianidades de la vida con la correcta interpretación de los músicos generamos un vinculo irrompible que nutre y magnifica esos sentimientos previos. Les comento esto escuchando los acordes de "No time" de "The guess who" siendo esta la banda que me impulso a escribir siempre en este blog y que logro que siempre que los escuche me den ganas de hablar de algo con "alguien".
Hablando un poco mas de la apreciación de la música se pueden tomar varias posturas, siempre esta la postura de "me gusta de todo un poco" que no es errónea ni tampoco acertada. Cuando le preguntamos a alguien de sus gustos musicales y nos responden estos recibimos un pequeño espasmo de ignorancia de parte de la otra persona, pero les digo algo, no generalicemos; Esa persona que se justifica en su postura no tiene nada de malo ya que encuentra ciertas raíces en la variedad de gustos musicales que es perfectamente valido, sin embargo, también es valido hablar un poco de la apreciación de la música en si. Los que tienen esta postura, generalmente, se fundan en el criterio de selección de los demás por lo tanto les gusta "lo que se escucha" que repito una vez mas no tiene nada de negativo, pero para que quedarse estancado en esto! Hay tanta gente que se propuso crear canciones, discos y movidas para la motivación de aquellos que se quieran sentirse identificados con alguien, para que darles la espalda? Partiendo de esto es cuando quiero cerrar la idea. Nos encontramos en un mundo de cosas hermosas y horribles que nos pasan, cosas del día al día que son difíciles de tragar y largar, tanta gente intento revelar el secreto del porque de esas cosas de tantas maneras diferentes y creativas que no le podemos dar la espalda, todo esto se trata de adquirir un oído abierto pero con la suficiente responsabilidad como para hacer un análisis parcial de su elaboración y en eso nutrir esa música con nuestras cosas.
Sin dar mas vueltas lo que quiero decir es: Disfrutemos de la música por todo lo que nos da y por las raíces que cada uno puede sacar de ella. Encontremos sentido a su existencia y estemos orgullosos de alcanzar felicidad dentro de ella. Todos esos sentimientos encontrados gracias a ella nos pueden hacer de terapia para seguir el día a día, no importa cuanta veces caigamos, tampoco porque, sino de cuantas veces nos levantamos después de la caída! La música es eso para mi, es mi paracaídas, mi lugar para caer parado, mi excusa, mi razón y mi madurez!
A ella le agradezco todo lo que me dio y también le agradezco a todos aquellos músicos que tanto me enseñaron! Gracias!
Eternamente agradecido por haberme encontrado una nota musical en el camino!
sábado, 22 de octubre de 2011
sábado, 1 de octubre de 2011
viernes, 30 de septiembre de 2011
miércoles, 21 de septiembre de 2011
Como sé
A veces pienso que me olvido las cosas, trato de reinventarme, de cambiar de ser alguien nuevo. Pero fue así como me fui enamorando de esas etapas anteriores, de sus etapas y me di cuenta que las extraño. Desde lo más sincero les digo que me equivoque en muchas cosas, hice tantas cosas mal. A todos les pido perdón, les pido perdón por como soy, como fui y como seré. No soy el que fui ayer ni tampoco el que voy a ser mañana. Vivo el día a día como puedo y quiero, y no me resisto a la idea de pasarla bien. Es así, a todos nos pasa! Dejemos todo a un lado y sigamos disfrutando que nos hace bien. Seamos compañeros y hagámosnos querer. El sentido es ayudar al otro y al revés.
lunes, 19 de septiembre de 2011
Fino!
El otro dia fui a comprar un par de entradas para ir a ver onda vaga en el jason de plaza italia, cuando salgo lo primero que hice fue ir al kiosco a comprar puchos, entro y veo a una chica mas o menos de unos 25 años con un sanguche en la mano y contando las monedas para pagarlo porque la del kiosco no tenia cambio de 100, yo apenas llegue ni dude y le di los dos pesos que le faltaban, la chica, que mas tarde se iba a presentar como micaela, me miro como diciendo "no tengo para devolverte, no me pidas nada" pero me dijo -"gracias, muchas gracias" y le respondi -"es solo un favor"...Compro mi atado y cuando salgo del kiosco y se presenta y se me queda hablando, agradeciendome por el favor y me afirmaba que no hay mucha gente que haga asi las cosas, y le respondi que si, que hay bastante gente "buena leche", pero todos nos llevamos en círculos diferentes y la chica despues de haberme dicho estas cosas me acompaño hasta la puerta del auto y justo antes de que me suba me pregunta como me llamaba y le digo Tomas..Tomas de urraza, y ella me responde -"Bueno tomas, voy a rezar un rosario por vos, suerte"...subo al auto y desconcertado digo "Que carajo acaba de pasar?" y despues de ese dia lunes, durante toda la semana todo me salio bien, estuve feliz toda la semana y cargado de energia.
Las palabras de esta chica fue como recibir una trompada pero de energia positiva que me mantuvo feliz toda la semana. Antes lo dije, los favores vuelven, todo va y vuelve en su momento justo. Mantengamos esas ganas de ayudar, siempre de alguna manera los favores van a ser devueltos!
martes, 6 de septiembre de 2011
domingo, 10 de julio de 2011
Deleite
Conocer buenos enanos de vez en cuando puede ser convincente y conveniente pero a veces no tiene sentido, tu fiel compañero siempre va a ser el que esta olvidado en el jardín y espera que te des cuenta que esta ahí para que cuando puedas lo pongas en frente!
miércoles, 1 de junio de 2011
No limites
Yo toda la vida me sentí un pelotudo, siempre me preocupe por los demás. Desde chiquito me interesaba el tema. No se si fue por como me educaron en casa, o si lo aprendí en el colegio, o si lo aprendí en la calle, No se! Me sentí un pelotudo porque muchas veces ponía énfasis en hacerle un día feliz a alguien y después me ponía a pensar "porque no son así conmigo" pero mas tarde me repetía "eso me diferencia de ellos, yo tengo que seguir con mi postura" y la verdad que por un momento lo soporte.
Últimamente me di cuenta que di mas de lo que recibí, y esa impotencia de haber echo todo en vano se acumula y hace muy mal. Trate de crear cierta fortaleza pero sin embargo todo el tiempo me siento vulnerable. Creí que esa vulnerabilidad nos hacia personas, que creábamos cierto vinculo con la gente y la verdad que lo logre..pero a la larga nos destrozan, nos manipulan y nos matan de a poco. Como sé yo que esa persona fue la indicada y como sé si va haber alguien así. Dentro de mi larga lista de ambiciones encuentro esta como la principal. Espero que algún día haya cierta reciprocidad en mi vida y espero que sea pronto, pronto..
domingo, 29 de mayo de 2011
Cambios
En época de cambios lo único que nos hace sentir bien es la aprobación de los demás respecto a nuestra vida. Queremos llevar un ritmo único, queremos ser queridos, queremos conocer gente nueva, queremos felicidad, queremos salud, queremos vitalidad y todo esto en un nivel mas alto. De alguna manera lo logramos, por lo general es fácil.
Después de estar pensando y analizando la situación me di cuenta que se me hace imposible, el cambio verdadero esta en la cabeza. Podes cortarte el pelo, podes hacer cosas nuevas, podes inscribirte en cursos, podes salir y divertirte como el mejor en el fin de semana, podes hacer música y todo esto puede servirte para llegar a lograr algo de felicidad. Pero el verdadero cambio esta en encontrar es gente sincera, transparente, con actitud, buena gente!, entre otras cosas... Lo que busco es una persona ligera de espíritu, inteligente, que irradie alegría y que no le interese nada mas que sacarme una sonrisa. Conocí a alguien así que me tiro el mundo abajo, que me hizo vivir diferente pero que retuvo mis ganas de alegrar.
Siempre preguntan cual es el sentido de la vida y la respuesta mas acertada que les puedo dar es tratar de mitigar el dolor de la gente y regalarle alegría, voluntad, amor y esas ganas de vivir que nos hacen creer que todo es posible. Yo se que hay gente así, y cuando la encuentre me voy a dar cuenta que cambie y realmente voy a ser feliz.
lunes, 9 de mayo de 2011
miércoles, 4 de mayo de 2011
Sin estereo y tipos
No soy de ninguna tribu urbana, no generalizo con mis gustos musicales, no bailo tecno, no siento el punk, no me gusta nada de lo habitual, no quiero parecer normal, no bailo mal, no escribo poemas para enamorar, no ordeno mi cuarto, y de esto estoy arto.
Me quedo mirando papeles sucios en la calle, veo las terrazas de las casas para saber si hay alguien, manejo mirando al espejo y describo a la gente sin mostrar los dientes. Sufro cuando veo lo retorcido, odio cuando no me sale una gambeta, grito cuando salto con el auto, me visto mal y fumigo a la gente al caminar. Y nosé porque todo suena mal, siempre digo que hay que alegrar, mirar la vida pasar, buscar a alguien mejor, y un toque pense que ella tenia todas las fichas.
Ya las cosas que digo no tienen sentido, no me hagan caso!
Busco innovar, actualizar mi estado, fijarme como anda el mundo, saber si me están mirando, hacer algo nuevo constantemente.
Destaco la capacidad que tienen algunos para ser pelotudos, nunca se sabe con que te vienen! Son como pequeños robotitos que solo están configurados para decir/hacer boludeces. Odio los pibes "ente" que no hacen nada, que no dicen nada, que no van ni vienen, son pelotudos! Algun dia se van a dar cuenta y van a decir "la pucha, que pelotudo que fui/soy". Es fija que nos rodean de alguna manera, son claves los primeros dias porque son un testeo de actitud, a las semanas te das cuenta de lo ingenuos que son.
miércoles, 13 de abril de 2011
Una curiosidad..
Similitudes
People are strange - The doors
El ultimo mate amargo - Don lunfardo y el señor otario
http://www.youtube.com/watch?v=pw6WeeTYXBo
People are strange - The doors
El ultimo mate amargo - Don lunfardo y el señor otario
http://www.youtube.com/watch?v=pw6WeeTYXBo
Suscribirse a:
Entradas (Atom)